Amazonas
Mensaje de María
La Santísima Madre apareció
acompañada del Arcángel Rafael. Él vino, por orden del Señor, a bendecir a
todos los enfermos y presentes, marcándonos con la cruz en la frente. La Virgen
Madre nos dió el siguiente mensaje.
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para
consolaros y aliviaros en vuestros sufrimientos. Entregad todo al Corazón
Divino de mi Hijo Jesús, en reparación de los pecados y de los pecados del
mundo entero.
¿Vosotros amáis a Jesús? Entonces haced penitencia por
vuestros pecados, dejando de lado las cosas erradas, para seguir el camino
santo de Dios que os lleva hasta el cielo.
Hijos míos, la santidad no se conquista sin la cruz y sin
los sufrimientos. Aprended a ser de mi Hijo Jesús por medio de la cruz,
aceptándola con fe y amor, en vuestras vidas. Consolar y aliviar vuestros
sufrimientos no significa quitar las cruces de vuestras vidas. Así como yo
estuve al lado de mi Hijo Divino en el día de su martirio, también estoy al
lado de cada uno de vosotros para ofrecer todo con amor al Padre Eterno. Rezad,
rezad, rezad mucho el Santo Rosario por el mundo pecador e ingrato que no desea
saber de Dios. Cuando vosotros rezáis muchas gracias y bendiciones descienden
del cielo sobre vosotros y vuestras familias.
Dios os llama a la conversión todos los días, mas
encuentra muchos corazones cerrados y endurecidos. Formad grupos de oración e
interceded por el bien de la humanidad. Bendigo a todos los grupos que fueron
formados en mi honra y que viven mis llamados, siguiendo los consejos y
orientaciones que yo di en cada mensaje mío. Éstos grupos están siempre dentro
de mi Inmaculado Corazón y de Él no saldrán jamás. ¡Coraje, no os desaniméis!
Vuestra Madre está aquí para ayudaros.
Yo estoy feliz por vuestra presencia y os pido que todos
los días os acordéis de pedir la intersección de San Rafael, porque él os
ayudará, en estos tiempos difíciles, a vencer las insidias de los espíritus
malignos que os atacan, por medio de enfermedades malignas y espirituales, que
os abaten y os hacen perder la fuerza y el ánimo para rezar.
En ese momento, el Arcángel
Rafael, fue marcando con la señal de la Cruz a cada persona presente en la
aparición. Cada peregrino quedó con una cruz luminosa en su frente.
Pedid su protección e intercesión y el Señor os concederá
grandes gracias y bendiciones. Rezad, rezad, rezad mucho. Retornad a vuestras
casas con la paz de Dios: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Amén!