Amazonas
Mensaje de María
La Santísima Madre vino una vez
más del cielo para comunicarnos su mensaje maternal. Hoy, Ella vino a confortar
mi corazón y a darme ánimo y coraje para proseguir siempre adelante en mi
misión. Para que podamos salvar almas para el reino de los cielos, debemos
saber soportar todo por amor de Dios. No es fácil, mas Ella siempre nos ayudará
y nunca nos dejará solos en nuestro camino espiritual. Al verla hoy, cuando
Ella me miró con sus lindos ojos azules y su linda sonrisa, lleno de amor y de
paz, todo se tornó más leve y más fácil de soportar. Pedí por todos, por su
obra, para que el bien triunfe siempre sobre todo mal.
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para
pediros que tengáis paciencia y coraje ante las pruebas de la vida.
Hace muchos años que el Señor viene concediéndoos grandes
gracias y bendiciones, por medio de mis apariciones y mensajes; ahora, Él os
pide un poco de su entrega y amor en cargar vuestra cruz, sabiendo soportar las
contrariedades y los sufrimientos, siéndole fieles a su llamado divino,
ofreciéndoos como víctima de expiación, por la conversión de la humanidad,
unidos al Corazón de mi Hijo y a sus méritos divinos.
Hijos míos, nada está perdido. Interceded por la
conversión y por el bien de la humanidad, que se volvió ingrata e infiel. No os
durmáis, no os dejéis vencer por el sueño del pecado. ¡Levantaos, despertad!...
Estad bien despiertos para poder ver las trampas y engaños, preparados por
satanás, para que él no os encuentre desprevenidos, cegándoos, a causa de vuestras
flaquezas y defectos.
Pedid la luz del Espíritu Santo, para que Él siempre os
conduzca e ilumine en su camino de conversión, rumbo al cielo. Rezad mucho el
Rosario para tener la gracia de Dios, para vencer todo mal y pecado.
Que vuestras vidas sean solamente del Señor y a Él
pertenezcan para siempre. ¡No temáis! Yo estoy aquí para ayudaros, para
bendeciros y para guiaros siempre hasta el Corazón de mi Hijo Jesús. Yo estaré
con vosotros, a vuestro lado, hasta cuando Dios me permita. Retornad a vuestras
casas con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. ¡Amén!