8 de noviembre
de 2018 –Amazonas
Mensaje de María
La Virgen Santísima apareció,
teniendo al Niño Jesús en sus brazos. Todos vestidos de blanco. Ellos vinieron
a bendecirnos y a concedernos su amor. Fue la Virgen quién nos transmitió el
mensaje:
¡La paz amados hijos míos, la paz!
Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para
pediros la conversión sincera de vuestros corazones. No hagáis oídos sordos al
llamado que Dios os hace por medio de mí.
En este momento, el rostro de
la Virgen se puso triste y nos dijo:
Los hombres malvados actuarán y muchos dolores y sangre
llegará a Brasil. ¡Penitencia, penitencia, penitencia! Para evitar grandes
tristezas que llegarán en breve a Brasil. ¡Rezad mucho, mucho, mucho! Besad el
suelo como penitencia por la conversión de los pecadores.
Besé el suelo tres veces
pidiendo perdón para los pobres pecadores, para todos nosotros allí presentes,
para Brasil y para el mundo.
Pedid perdón de vuestros pecados. No pequéis más, porque
grandes sufrimientos y dolores llegarán en breve a Brasil. Sed buenos. Amad a
Dios. Yo vengo del cielo para ayudaros y para confortarlos con mi amor y con mi
manto protector os protegeré.
¡Venid, hijo míos, venid, entrad en mi Corazón! Mi Hijo Jesús
os ama y desea salvaros de grandes tristezas. Sed de mi Hijo Jesús y Él os
concederá la vida eterna. Solamente Él puede transformar y curar vuestros
corazones y vuestras almas, nadie más.
Entregaos a su Divino Corazón y la paz reinará en
vuestras vidas.
Mañana yo vendré con San Rafael que por orden de mi Hijo
Jesús os bendecirá y os marcará con la señal de la cruz, para que tengáis alivio
en vuestras enfermedades corporales y espirituales.
Rezad, rezad mucho, mucho, mucho, porque el tiempo está
pasando para muchos y aquellos que todavía no se decidieron a seguir el camino
del Señor, sufrirán.
No queráis sufrir, mudad de vida. Retornada vuestras
casas con la paz de Dios. ¡A todos os nedigo, en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. ¡Amén!