¡La paz amados hijo míos, la paz!
Hijos míos, yo soy la Reina del Rosario y de la Paz, la
Madre de Jesús y Madre de todos vosotros. Dios me envía del cielo para deciros
que esta es la hora de vuestro fiel testimonio, defendiendo la verdad. Dedicaos
al reino de los cielos. No os alejéis del camino santo del Señor.
Yo estoy aquí para pediros la oración con el corazón, la
apertura de vuestros corazones para que así podáis sentir el amor de mi Hijo en
vuestras vidas.
Vivid de amor y de fe. No os desesperéis ante las pruebas
de la vida, mas confiad en el amor y en la bendición de mi Hijo Divino.
Yo os estoy invitando desde hace mucho tiempo a la
oración y a la conversión, mas todavía no fui escuchada como Dios desea.
No permitáis que vuestros corazones se endurezcan y se
cierren a la luz y a la gracia de Dios. Arrepentíos de vuestros pecados. Sed
hombres y mujeres que sabéis acoger la llamada del Señor.
Rezad mucho, para tener la fuerza para vencer los males
de este mundo. No permitáis que la oración sea alejada de vuestros hogares por
causa de las preocupaciones y las cosas del mundo que no os llevan hasta el
cielo.
Convertíos, convertíos, para que yo pueda uniros en el
amor de Dios y en oración, para que sean desterrados los males que en breve
pueden asolar el mundo.
Luchad con la oración y con el ayuno a los ataques de
satanás. No temáis. Yo estoy aquí para protegeros y ayudaros. Hoy hago
descender del cielo una lluvia de gracias. Volved a vuestras casas con la paz
de Dios. A todos os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.